Cuatro veces sonó,
para el oído atento,
el aleteo del elefante africano.
No podría alegrarme más
al comprobar que,
efectivamente,
era la señal para compulsar la solicitud de incorporeidad.
para el oído atento,
el aleteo del elefante africano.
No podría alegrarme más
al comprobar que,
efectivamente,
era la señal para compulsar la solicitud de incorporeidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario